Copyright RIMYI, Pune. Photos: Shael Sharma

Al igual que otros estilos como el Ashtanga y el Kundalini yoga, el Yoga Iyengar tiene características únicas con las que fácilmente puedes identificarlo al tomar una clase o al conocer un nuevo maestro, incluso sin que sepas qué estilo de yoga estás practicando.

Seguramente hay tantas opiniones como maestros certificados en el método, acerca de cuáles son las características principales del Yoga Iyengar. En muchas coincidimos pero en muchas otras no estaremos de acuerdo.

En este artículo quiero compartir contigo algunos elementos que en mi opinión, son pilares en la práctica y enseñanza de Yoga Iyengar.

Alineación

Es una de las características más reconocidas del yoga Iyengar, dentro del método, hay una visión general acerca de cómo se deben de colocar distintas partes del cuerpo para mantenernos seguros dentro de la práctica y obtener todos los beneficios de cada postura.

¿Pero esta alineación está escrita en piedra y es inquebrantable?

No, aunque son reglas generales, la alineación “tradicional” puede ser modificada dependiendo de las necesidades particulares de cada alumno o de lo que se busque explorar dentro de la práctica.

Incluso el maestro BKS Iyengar fue modificando su manera de practicar algunas posturas a través de los años.

A mi parecer lo destacable es que siempre se tomará en cuenta y se trabajará  de una u otra forma con la alineación dentro de una clase de Yoga Iyengar.

Copyright RIMYI, Pune. Photos: Shael Sharma.

Creatividad

Otro elemento que está sumamente presente dentro del método es la creatividad.

Puedes encontrar un sin fin de formas diferentes de trabajar con distintas partes del cuerpo, acciones, direcciones y posturas.

No solamente a través del uso de aditamentos sino a través de las instrucciones tan específicas que utilizamos en el Yoga Iyengar. 

Es justo gracias a esta creatividad infinita del método que la práctica se vuelve una exploración sin fin.

Propiocepción

Si alguna vez has practicado yoga Iyengar, tal vez recordarás instrucciones tan precisas como:

  • Presiona el metatarso del dedo gordo del pie derecho
  • Rota de afuera hacía adentro el muslo de la pierna de adelante.
  • Siente las ingles frontales yendo hacia adentro

o incluso 

  • Siente la energía del pie yendo del tobillo externo hacía el tobillo interno.

Lo interesante de la precisión de las instrucciones es que nos llevan a permanecer “atados” al momento presente, ya que nos encontramos completamente inmersos en la experiencia de redescubrir nuestro cuerpo a través de las posturas.

Y por otro lado, estas instrucciones te dan la oportunidad de reconectar con tu cuerpo e incluso aprender a sentir y descubrir partes de él de las que jamás habías estado consciente.

Además te da la oportunidad de observar, sentir y reconocer aquello que sucede en tu cuerpo físico, tu cuerpo energético, tu cuerpo mental y emocional.

Esta capacidad de sentir tu cuerpo con tal precisión es lo que se conoce como propiocepción.

Permanencia

La permanencia en las posturas puede ser bastante prolongada dependiendo del tipo de secuencia que estés trabajando o los beneficios que estés buscando.

Por ejemplo, es muy común que los practicantes con cierta experiencia busquen una permanencia de al menos 10 minutos en Sirsasana o parado de cabeza e incluso el doble de este tiempo en Sarvangasana.

De la misma manera cuando se trabaja con posturas con fines terapeúticos y con el uso de aditamentos es muy común permanecer durante varios minutos en posturas específicas.

Secuenciación

Finalmente me gustaría hablar acerca de la manera en la que secuenciamos dentro del Yoga Iyengar.

Generalmente iniciamos preparando los karmendriyas superiores e inferiores, es decir, brazos y piernas, a través de posturas al piso como el ciclo de Supta Padangusthasana, Adho Mukha Virasana y transiciones o brincos entre Adho Mukha Svanasana y Uttanasana.

Se suele iniciar con posturas de pie con el torso recto, seguidas por giros y flexiones.

Una vez que se terminó con posturas de pie, solemos dirigirnos hacia las inversiones, y aquí hay una regla inamovible: Sirsasana siempre va antes que Sarvangasana por los efectos que estas inversiones tienen sobre el sistema nervioso.

Aquí también podemos incluir parados de manos y Pincha Mayurasana.

Después de las inversiones vienen arcos, torsiones, flexiones, balances, etc.

Aunque hay algunas reglas no negociables como la de Sirsasana antes de Sarvangasana, conforme se va ganando más experiencia, la forma de secuenciar se vuelve más versátil y creativa, comenzando incluso la práctica con inversiones o posturas más complejas.

Esto por supuesto una vez que el/la practicante o alumn@ tiene la experiencia necesaria para explorar de esta forma la práctica y mantenerse seguro o segura.

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Me gustaría cerrar haciendo énfasis en que esta es una opinión personal acerca de lo que considero los “pilares” del yoga Iyengar y estoy seguro que habrá muchas opiniones distintas a la mía, de ningún modo pretendo ser poseedor de la verdad.

Aquí lo importante es reconocer la enorme riqueza que el Yoga Iyengar tiene para los practicantes de yoga de todo el mundo, es un estilo en el que sin duda, vale la pena explorar y profundizar.

Namaste.

Luis Chombo

Maestro Certificado de Yoga Iyengar