En nuestro ajetreado mundo moderno, a menudo nos encontramos con pensamientos y preocupaciones que pueden afectar nuestra salud mental. Sin embargo, hay un recurso poderoso y a menudo subestimado que puede tener un impacto profundo en nuestra bienestar emocional: la interocepción y la consciencia corporal. En su libro «El cuerpo lleva la cuenta», el Dr. Bessel van der Kolk explora cómo la conexión entre mente y cuerpo puede moldear nuestra salud mental, y cómo el mindfulness puede ser una herramienta efectiva para cultivar esta conexión.

La interocepción es la capacidad de percibir las sensaciones internas del cuerpo, como los latidos del corazón, la respiración, la tensión muscular y las señales digestivas. Es la forma en que nuestro cuerpo se comunica con nosotros, transmitiendo información crucial sobre cómo nos sentimos físicamente. A menudo, esta comunicación puede pasarnos desapercibida en medio del bullicio de la vida diaria o pude causarnos mucha incomodidad y desconcierto porque no estamos acostumbrados a poner atención a este lenguaje interior.

Por otro lado, la consciencia corporal es la habilidad de prestar atención deliberada a estas sensaciones internas. Implica sintonizar conscientemente con nuestro cuerpo y sus señales, lo que nos permite identificar y comprender mejor nuestras emociones y estados mentales. Esta conexión es fundamental para nuestra salud mental, ya que nuestras experiencias emocionales a menudo quedan almacenados en el cuerpo, influyendo en nuestras reacciones y comportamientos en la vida cotidiana y en las relaciones con las demás personas.

Van der Kolk explica cómo el cuerpo actúa como un archivo de nuestras vivencias, almacenando memorias que pueden desencadenar reacciones emocionales muchas veces incomprensibles y que nos hacen creer que algo malo pasa con nosotros.

Mindfulness y la conexión mente-cuerpo

Una de las herramientas más efectivas para desarrollar la interocepción y la consciencia corporal es la práctica de mindfulness. El mindfulness implica estar conscientemente presente en el momento presente, sin juzgar, y prestando atención a las sensaciones, pensamientos y emociones que surgen en la expriencia. Al practicar atención plena, comenzamos a notar las sutilezas de nuestro cuerpo y sus respuestas, permitiéndonos reconocer patrones emocionales y responder a ellos de otras maneras.

La atención plena también puede ayudarnos a liberar las tensiones almacenadas en el cuerpo, permitiendo que las emociones reprimidas se desplacen y se liberen gradualmente. Esta liberación puede tener un efecto profundo en nuestra salud mental, aliviando ansiedad y varias emociones complejas que forman parte del estrés y que a menudo se manifiestan a través de síntomas físicos.

La interocepción y la consciencia corporal son elementos esenciales en la búsqueda de la salud mental y el bienestar. Al reconocer la conexión entre mente y cuerpo, podemos abordar de manera más eficaz los desafíos emocionales que enfrentamos. Al practicar el mindfulness, podemos cultivar una relación más profunda con nosotros mismos, promoviendo aceptación y compasión hacia nuestro cuerpo y su lenguaje único y particular.

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